El Secreto del "Boombox" para una Referencia Perfecta en tus Mezclas.

¿Cuántas veces habéis terminado una mezcla en vuestro estudio con unos monitores de referencia espectaculares, para luego escucharla en el coche, en el móvil o en unos auriculares de andar por casa y que suene completamente diferente? ¡Seguro que muchas!

Aquí va mi truco, uno que utilizo desde hace años: siempre tengo conectado a mi sistema de grabación un viejo boombox o radiocasette con entrada auxiliar. Sí, habéis oído bien, ¡un cacharro de esos de la vieja escuela!

¿Por qué un Boombox?

La razón es simple pero poderosa. Nuestros oyentes no siempre van a escuchar nuestra música en equipos de alta fidelidad. De hecho, la mayoría de la gente consume música en auriculares de bajo coste, altavoces Bluetooth económicos, radios de coche o, sí, ¡incluso en un boombox! Y si es MONO mejor.

Al escuchar tus mezclas a través de un equipo con una respuesta de frecuencia y una dinámica limitadas, obtienes una perspectiva real de cómo sonará tu trabajo en el "mundo real". Esto te permite:

• Identificar frecuencias problemáticas: Lo que suena equilibrado en tus monitores de estudio, puede revelar picos o carencias en los medios y agudos en un boombox.

• Comprobar la pegada de tus baterías y bajos: Si el bombo o el bajo desaparecen en un equipo pequeño, sabes que necesitas revisar su presencia en la mezcla.

• Evaluar la inteligibilidad de las voces: ¿Se entiende bien la letra en un equipo de baja calidad? Si no, quizá necesites dar más espacio a las voces o ajustar su ecualización.

• Detectar problemas de fase o mono-compatibilidad: Algunos equipos de consumo tienen una reproducción mono, y si tu mezcla no suena bien en mono, tienes un problema.

¿Cómo lo implemento en mi estudio?

Es muy sencillo. Solo necesitas un boombox o una radio antigua con entrada auxiliar (muchas las tienen). Conéctalo a una salida extra de tu interfaz de audio o a una salida de auriculares. Antes de dar por finalizada una mezcla, le dedico unos minutos a escucharla en este equipo.

Si algo no suena bien, vuelvo a mis monitores principales y hago los ajustes necesarios. Repito este proceso hasta que la mezcla suene sólida y equilibrada tanto en mis monitores como en el boombox. Es una forma infalible de asegurarte de que tu música "viaja" bien a cualquier sistema de reproducción.

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